El pasado 20 de febrero se
celebró, en las instalaciones de la empresa RunRoom, un encuentro meetup
enfocado a la “Introducción a la metodología Agile”. El encargado de conducir
la sesión (ver slideshare) fue Alberto Gómez (@albegomezaguile),
quién expuso de forma muy acertada una visión panorámica de este tipo metodología.
Se explicaron los procesos y las figuras clave, se exploraron metodologías
ágiles como Scrum, Kanban, XP, etc., y se profundizó en la filosofía y los valores de
Agile, los cuales pueden consultarse en el Manifiesto por el desarrollo ágil de
software.
Pero, empecemos por el principio:
¿Qué es exactamente la metodología Agile?
Podríamos decir, a grosso modo,
que se trata de métodos de ingeniería enfocados a la creación de productos de
software; y que dichos métodos están basados en el desarrollo iterativo e
incremental, en lapsos cortos (de entre 1 y 4 semanas), donde los requisitos y
soluciones del producto a desarrollar evolucionan mediante la colaboración de
un equipo auto-organizado y multidisciplinar.
Cada iteración incluye:
planificación, análisis de requisitos, diseño, codificación, revisión y
documentación; y, al final de cada una de dichas iteraciones, el equipo
implicado vuelve a evaluar las prioridades del proyecto en cuestión, para
seguir avanzando en el routemap del
producto, o bien orientar/pivotar en función de dicho análisis evaluativo.
A raíz de la asistencia a este
encuentro, me surgen varias dudas o planteamientos: Por un lado, me pregunto si
actualmente se está llevando a cabo la utilización de este tipo de metodologías
ágiles en los centros escolares de enseñanzas secundarias de tipo técnico y/o
tecnológico, en España. Creo que es una necesidad explorar su aplicación, si es que no se
viene desarrollando ya, por las implicaciones positivas que conllevan y que
intentaré puntualizar más adelante (a modo de beneficios de tipo educativo).
Por otro lado, tal y como se
puede observar, las metodologías ágiles principalmente están orientadas al
desarrollo de software, pero… ¿sería posible trasladar dentro del ámbito
educativo dichas técnicas para la creación de “productos” no vinculados al
software?
Enlazando el tema con las
preguntas anteriores, mi reflexión me lleva a plantear la potencial posibilidad
de aplicar también este tipo de metodologías ágiles en las prácticas
pedagógicas de ciertos aprendizajes en el aula que impliquen una actitud activa
y autorregulada por parte del alumnado y el trabajo en equipo. Un claro ejemplo podría ser su
aplicación en el aprendizaje basado en proyectos (ABP o PBL – Project Based
Learning), sea cual fuese el producto final a conceptualizar, generar o crear
(es decir, tuviese o no componente tecnológico de por medio el producto que el
alumnado deba desarrollar). Así pues, ¿podrían establecerse las metodologías
ágiles como dinámicas educativas a experimentar por parte de los alumnos para
desarrollar sus proyectos? Creo que sí.
En esta línea, me gustaría
destacar el trabajo de Sergi Adrián Yazyi que, con su trabajo de final de
master (2011), titulado Una experiencia
práctica de Scrum a través del aprendizaje basado en proyectos mediado por TIC
en un equipo distribuido, ya realizó una muy buena aproximación a la
posible aplicación que este tipo de metodologías ágiles pueden aportar al
desarrollo de proyectos de índole educativa. Enlazo su presentación
Slideshare, ya que no tiene desperdicio.
Con todo lo expuesto, y a modo de
reflexión final, me gustaría concretar los que (a mi parecer) serían sin duda
los 5 principales beneficios que las metodologías ágiles pueden aportar al
ámbito educativo. A priori, los siguientes:
- Están
basadas en un enfoque puramente práctico. El aprendizaje de los alumnos se
desarrolla en el “Aprender haciendo”.
- Aportan
motivación al alumnado (no olvidemos que uno de los valores principales de
Agile son las personas).
- Se
sustentan en la idea del equipo distribuido. Organización horizontal y
multidisciplinar.
- Potencian
indiscutiblemente el desarrollo de competencias transversales.
- Poseen
una clara orientación hacia el desarrollo de competencias profesionales (en
sintonía con los requerimientos actuales y las metodologías en auge que se
utilizan cada vez más en el ámbito laboral).
Considero, e insisto, en que
sería muy interesante explorar las experiencias desarrolladas hasta la fecha, a
partir de las metodologías ágiles enfocadas al desarrollo de software, con la
finalidad de poder extraer de las mismas un posible patrón pedagógico que
sirviese de base para intentar reproducir en el aula dichas estrategias,
mostrando así su claro potencial a nivel educativo.
Seguiremos explorando…
Alicia Cañellas.